La situación de Antón Dímov, de 30 años, se complicó debido a que cuenta con una predisposición genética que facilita la formación de coágulos de sangre.
Ciudad de México, 14 de marzo (RT).- Los médicos de un hospital de San Petersburgo, en Rusia, pudieron salvar a un paciente de 30 años con coronavirus que sufrió más de 10 paros cardíacos en 12 horas.
Antón Dímov fue llevado al Hospital de San Jorge el Gran Mártir el pasado 10 de febrero. “Tomé una ducha caliente, y después comenzó todo: me faltaba el aire, […] mis labios se pusieron azules, mis piernas se pusieron blancas, todo se enfrió. Llamé a mi madre. […] Ella llegó, llamó a una ambulancia”, recordó el paciente.
Dímov inmediatamente fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos, pero, a pesar de las medidas de terapia intensiva llevadas a cabo por el equipo médico, su estado “empeoraba progresivamente” y provocó que el hombre sufriera más de 10 paros cardíacos durante su primera noche en el hospital.
“Los médicos una y otra vez restauraron la actividad cardíaca efectiva, el paciente fue sometido a una trombólisis sistémica que le salvó la vida”, relataron desde el hospital.
La situación de Dímov se vio agravada por el hecho de que tiene una predisposición genética a la formación de coágulos de sangre. “La COVID-19 y un trauma se convirtieron en un factor agravante en el desarrollo de embolia pulmonar recurrente, y el corazón no pudo soportarlo”, explicaron los médicos.
Dímov, por su parte, sólo recuerda el momento en que ingresó en el hospital y el tiempo que pasó en cuidados intensivos tras volver a la vida. Señaló que los médicos estaban preocupados por su condición incluso cuando ya respiraba sin ventilador y podía hablar.
El 9 de marzo, tras pasar un mes en el hospital, Dímov finalmente fue dado de alta. Los médicos subrayaron que nunca antes habían llevado a cabo tantas medidas de reanimación seguidas, y consideran este caso como “una de las victorias más brillantes” sobre la COVID-19.